Cuando era pequeña, teníamos un chalet en una urbanización de un pueblo cercano a mi ciudad. Era bastante grande y allí solíamos pasar los veranos (y algún fin de semana) mis padres, mi hermano, mis tios, mi primo y mis abuelos.
Me acuerdo de una charquita que teníamos con peces en el jardín. Había de todos los colores. Me encantaba darles de comer: cogía pan duro y lo frotaba contra las piedras de la orilla, haciéndolo migajas y viendo como los pececillos subían a la superficie para comer.
Por las mañanas, jugábamos un rato en el frontón o cogíamos las bicis e íbamos a una pequeña tienda que había en la urbanización para comprar el pan y algo de fruta (y de paso, nos comprábamos un helado). Otras veces, hacíamos los deberes que nos mandaban para las vacaciones, aunque eso sí, obligados por las mamás.
En el jardín, recuerdo a mi abuela, le encantaba arreglarlo. Cuando encendía los aspersores, allí estábamos nosotros para corretear por el cesped y refrescarnos un poco. A veces se enfadaba porque le pisábamos los rosales (y más de una vez nos pinchamos con las espinas). También nos hacía paellas a la leña en un paellero que había a la parte de detrás. Estaban tan buenas...
Después de esperar el tiempo correspondiente para hacer la digestión y mientras las mamás descansaban un rato viendo la televisión, nos poníamos nuestros bañadores y nos tirábamos a la piscina. Allí podíamos jugar durante horas. Luego, salíamos y nos secábamos al sol, en el borde de la piscina. Me gustaba meter la mano dentro y juguetear con el agua. Una vez secos, merendábamos y nos entreteníamos con cualquier otro juego hasta la hora de la cena. A veces, salíamos a la parte de fuera con mi abuela para esperar a nuestros padres y al yayo, que venían de trabajar en una furgoneta blanca.
Después de cenar, nos subíamos los nueve a la parte de arriba y veíamos un poco la tele y, más tarde, nos íbamos a dormir y hasta el día siguiente...
Conforme nos fuimos haciendo más mayores las ganas de ir fueron disminuyendo y es ahora cuando me doy cuenta de lo mucho que lo hecho en falta. Dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, ¿no?. Ahora ya hace unos tres años que lo vendimos por motivos que no vienen al caso. Lo recuerdo con mucho cariño y la verdad creo que se quedó una parte de mí allí, sobretodo el recuerdo de mi abuelo. Sueño muchas veces con aquel lugar, lleno de altos pinos y cesped... quizá porque el día que fueron a recoger las cosas no pude ir, ya que me encontraba en un viaje con el instituto. Tengo la sensación de que se me olvidó algo allí y no pasa un día en que no me arrepienta de no haber ido, por mucho que me dijeran que no quedó nada.
He pensado en volver y verlo, pero creo que es mejor que no. Los nuevos propietarios han hecho algunos cambios y prefiero recordarlo como la última vez que estuve. Mi padre me dice que cuando nos toque la lotería volveremos a comprarlo a lo que yo le respondo con una sonrisa. Ojalá pudiera volver a oler el cesped recién cortado y esas rosas que tan bien cuidaba mi abuela... Ojalá pudiera volver a nadar en esa piscina, ojalá pudiera volver a columpiarme en ese columpio en medio del jardín... Ojala pudiera volver a pisar ese lugar...
17 comentarios:
siempre tenemos un sitio un lugar un recuerdo que nos trae añoranza nostalgia
jo ke bonito eso ke kuentas...p'ero mejor ke no vuelvas y lo rekuerdes asi...tods tenems lugasres de ese estilo, añoranzas bobas como digo yo...a mi dentro de unos años me pasara con el piso de mis abuelos...ellos murieron, algun dia venderemos la casa, y en cierto modo es komo si se fuera todo con ella...los rekuerdos..las risas los llantos..jo, has hecho ek me ponga melankolika!un bsitu
tiaaa
kasi lloro
si la verdad da mucha pena
k una cosa k a sido tuya
y durante mucho tiempo has estado alli
y logo la venden
por mucho k la vuelvas a comprar
los propietarios de ahora
abran amoldado la kasa asu manera
pero bueno
al menos kedate k tienes eso recuerdos
y recuerdalos para siempreee
wenooo espero k este sbien
besikos
Lo has contado con un sentimiento tan especial, que creo que todo aquel que lo lea, se verá transportado hasta él.
Hay sitios, situaciones y personas que nos acompañarán siempre, pase lo que pase.
Ojalá te saques la lotería :-)
Un beso desde donde soplan aires de libertad
Pues suena muy bien el sitio ese, una pena q lo vendierais... Pero nada, poner una velita a san pancracio a ver si teneis suerte y os toca la lotería!
Besotes
Jooo que morriña no??? Creo que es mejor tener el recuerdo... Yo volví hace unos meses a la casa de la aldea gallega de donde es mi padre.. y ya nada es = que cuando era niña...
No me gustó sentirlo diferente...
Jooo ando un poco perdida porque estoy en el pueblo sin ADSL y la conexión es mortal...os extraño.
un besote.
Cuando vuelvas, yo contigo.
qué bonito :_)
Bonitos recuerdos...
Quizá aunque vuelvas...ya no sería igual que en tu recuerdo..es mejor que lo conserves así para siempre..
Besitos.
¡Ayyyyyyssssss!
¡Qué recuerdos y qué bonito!
Creo que no importa que vuelvas o que no. Es más, si tienes la espinita clavada, yo no descartaría pasarme por allí. Quizás ahora no, dentro de un tiempo... El recuerdo está en tu corazón y nada lo cambiará.
A mí me pasó igual con la casa de mis abuelos que tenían en el campo. La he vuelto a ver alguna vez y está algo cambiada, pero en mi corazón sigue siendo como la veía de pequeña. Eso no se borra, quedará contigo para siempre.
Me ha encantado tu post.
Salu2
TE QUIERO Witta mi fotolog es todo vuestro jaja =******* ^^
se feliz
sonrie
Oxtias!!! buf ... que mal rollo. He leído tu post y me ha entrado el bajón, porque hace poco comentaba yo en mi blog con Annana y Kirk que de pequeño iba a una casa que teníamos en burgos ...
El caso es que me pasó lo mismo que a tí. Pasé toda mi infancia allí, luego empecé a pasar de ir según me iba haciendo mayor. Hace como 2 ó 3 años comencé a volver a ir ... era un sitio genial. Pero mi abuelos lo vendieron hace poco. Y últimanente me acuerdo mucho. He vivido una cantidad de historias tremendas allí. Me da muchísima pena recordarlo, y como tú, he pensado en volver, pero creo que me haría más mal que bien ...
Me ha gustado tu post. Me ha dejado un regustillo entre dulce y amargo. Y creo que ahora mismo poca gente entiende ese sentimiento como yo.
Gracias. Un beso.
Anabel, aunque volvieras a ese lugar nada seria igual, las cosas cambian, simplemente cambian... y lo hacen para siempre -por suerte- no puedes volver al pasado...
Por suerte tu eres de las personas -como yo tambien lo soy- que son capaces de revivir las cosas a partir de los recuerdos, aprovechalo, porque siempre que quieras podras volver a ese sitio tan magico que cuentas solo con cerrar los ojos y querer volver.
UN besazo
Los "ojalà", los puedes cambiar por "Ya estoy".Es cuestion de proponernos y hacer el trabaji, eso si sin postergar.
saludos.
Pero sabes que no va a ser lo mismo, y sin embargo donde estés tú siempre alguien sonreirá, y es que tú lo eres todo, y sonreír es verte.
Me he permitido el lujo de leer tu blogs te invito a que leas el mio...
Saludos!
Esa sensación tengo yo también para volver al lugar en donde me crié. No sé cuando, pero algún dia me armaré de valor para esquivar los recuerdos e iré de puerta en puerta recordando todos y cada uno de sus recobecos...
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