Me encanta ver fotos. Mías, de mi familia, de amigos. De quien sea. Adoro sentarme en un sofá, en un cama o en el suelo, dónde sea, y ver pasar las horas mientras revivo momentos de mi pasado y el de las personas de mi alrededor. Imaginarme cómo era su vida entonces, mucho antes de yo haber nacido y preguntar, preguntar, preguntar. Preguntar quién es este de aquí, cómo se llamaba este de allá, cuántos años tenía tal aquí... Observar momentos irrepetibles de sus vidas y, porqué no, trozos de ellos mismos, plasmados en trocitos de papel.
El otro día, en casa de mi abuela, me puse a ver un puñado de fotos que tenía en un cajón. Enseguida me sacó una bolsa llena, llenísima, de fotos antiguas, casi olvidadas. Las tiré encima de la cama y allí estuve, viéndolas. Vi a mis abuelos de jóvenes. Mi abuelo... el que hace tantos años se fue, cuando yo contaba 8 años. A mi madre, a mis tias, sus amigos de la juventud... Pude conocerlos un poco más, simplemente viéndolos en ellas. Y, al final, hice párticipe a toda la familia, que acabó sumándose a mi indagación entre esos montones de fotografías. Risas, recuerdos... . Y es que, ¿A quién no le gusta recordar momentos felices, momentos del pasado, de los que ya no creía acordarse? ¿A quién no consiguen arrancarle una sonrisa?
lunes, 23 de abril de 2007
jueves, 12 de abril de 2007
Busco entre mis recuerdos ..

Suscribirse a:
Entradas (Atom)