Hoy, ella, cumple años. Me alegra estar un año más a su lado, compartiendo penas y alegrías. Me encanta que sea como es, que a veces le dé a mi vida un color más vivo que el que le veo yo, que me regale sus sonrisas, que me robe las mías, que seque mis lágrimas y que me deje hacer a mí lo mismo...
En fin, todo lo que diga es poco. La quiero y eso es lo que cuenta :)
Felicidades, marta.
jueves, 28 de septiembre de 2006
martes, 12 de septiembre de 2006
Diecisiete ..
Hay días que me pongo melancólica. Me da por recordar infinidad de momentos que he vivido, que ya han pasado. Algunos me arrancan alguna que otra sonrisa y otros me entristecen. Porque sí, hay de todo: recuerdos buenos y recuerdos malos. Veo las fotografías de cuando era una niña, veo a gente que ya no está; que se ha ido y otra vez me doy cuenta de que el tiempo pasa muy deprisa, casi sin que nos demos cuenta.
Y hoy, el día de mi cumpleaños, es uno de esos días. Por una parte me siento un poco protagonista de éste, mi día. Llamadas, mensajes, algún regalito que otro... Pero por otro no puedo evitar pensar en lo rápido que pasa el tiempo. Sí, me queda toda una vida por delante, pero parece que éste día soy más consciente de que todo llega y todo pasa.
Hoy íbamos a celebrarlo en plan mini (con dos de mis primos, mis dos abuelas, mis padres y mi hermano) y luego ya, celebrarlo a lo grande, con la familia al completo. Y antes de comer, llama mi padre diciendo que se ha caido en el trabajo y que se ha hecho daño en una mano. Así que, se han ido él y mi madre al hospital y hemos comido los demás junto con un silencio incómodo. Pero bueno, espero que no sea nada. Dicen que no todo puede salir bien, ¿no?. He soplado las velas sintiendo que me faltaba algo y encima, para colmo, la de la pastelería pone Anabel con V. Me chirrian los ojos aún... Y nada, de todas formas, ya podré celebrarlo con ellos y con el resto de mi familia otro día...
Y hoy, el día de mi cumpleaños, es uno de esos días. Por una parte me siento un poco protagonista de éste, mi día. Llamadas, mensajes, algún regalito que otro... Pero por otro no puedo evitar pensar en lo rápido que pasa el tiempo. Sí, me queda toda una vida por delante, pero parece que éste día soy más consciente de que todo llega y todo pasa.
Hoy íbamos a celebrarlo en plan mini (con dos de mis primos, mis dos abuelas, mis padres y mi hermano) y luego ya, celebrarlo a lo grande, con la familia al completo. Y antes de comer, llama mi padre diciendo que se ha caido en el trabajo y que se ha hecho daño en una mano. Así que, se han ido él y mi madre al hospital y hemos comido los demás junto con un silencio incómodo. Pero bueno, espero que no sea nada. Dicen que no todo puede salir bien, ¿no?. He soplado las velas sintiendo que me faltaba algo y encima, para colmo, la de la pastelería pone Anabel con V. Me chirrian los ojos aún... Y nada, de todas formas, ya podré celebrarlo con ellos y con el resto de mi familia otro día...
miércoles, 6 de septiembre de 2006
Una vez más ..
Ella no se fijó en él la primera vez que lo vio. Pasó desapercibido ante sus ojos. No tenía nada que le llamara la atención. A él le pasó lo mismo. Sólo intercambiaron dos besos de cortesía al hacer las presentaciones oportunas. No entrelazaron ninguna palabra. Sus voces no se mezclaron. Sus miradas tampoco.
Se vieron un par de veces más y, sin saber cómo ni por qué, un par de palabras se cogieron de la mano. Nada importante pero lo suficiente para que un leve cosquilleo se produjera en su interior. Ella no entendía qué le pasaba. No sabía qué tenía para hacerla sentir así, además no sabía nada de él. Algo tenía que llamaba su atención. Quizá fuera su mirada, triste pero intensa.
Bromeaban juntos. Algo crecía en el interior de ella. El tiempo se le acababa y no sabía cuándo le volvería a ver. El día de la despedida llegó y él se mostro distante y frío. Y ella, desilusionada, se dio por vencida una vez más... ¿Por qué ésta vez habría tenido que ser diferente?
Se vieron un par de veces más y, sin saber cómo ni por qué, un par de palabras se cogieron de la mano. Nada importante pero lo suficiente para que un leve cosquilleo se produjera en su interior. Ella no entendía qué le pasaba. No sabía qué tenía para hacerla sentir así, además no sabía nada de él. Algo tenía que llamaba su atención. Quizá fuera su mirada, triste pero intensa.
Bromeaban juntos. Algo crecía en el interior de ella. El tiempo se le acababa y no sabía cuándo le volvería a ver. El día de la despedida llegó y él se mostro distante y frío. Y ella, desilusionada, se dio por vencida una vez más... ¿Por qué ésta vez habría tenido que ser diferente?
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